La sombra que vuelve a crecer

Dibujo de Mariano Espinosa

Cuando era niño cerca al lugar donde vivía había un árbol muy grande y antiguo, sus raíces habían levantado el pavimento del andén creando una especie de bache por donde me gustaba pasar en bicicleta para intentar alguna pirueta que simulara los saltos de un practicante de motocross, las ramas crecían de manera amplia y brindaban sombra pero también se enredaban en ellas el tendido eléctrico lo que ocasionaba apagones cuando había viento fuerte o llovía.

Una tarde llegaron unos empleados de la compañía de energía eléctrica, cortaron toda la copa del árbol dejando nada más un tronco estéril y desnudo, nadie lo lamentó excepto los viejos que prefieren la sombra de un árbol cualquier atisbo de progreso.

Con los días empezaron a crecer ramas pequeñas con hojas y flores y el árbol volvió poco a poco a recuperar su forma, de manera testaruda volvió a imponerse por encima de la voluntad de los hombres que lo cortaron.

No sé si al árbol aquel lo talaron del todo o volvió a ser podado, ya no vivo en ese lugar. Pero así como el árbol que se negó a dejar de crecer este blog vuelve.

Abandono

Dejar abandonada una casa trae como consecuencia el deterioro natural que se sucede con el tiempo, puede que la estructura aún esté sólida, pero todas las cosas que hacen particular lo que se ha construido se ven en mal estado y el lugar pierde el encanto.

Algo tan sencillo como una ventana rota es el síntoma de que es urgente reparar lo dañado, de lo contrario y de continuar la tendencia, el lugar no volverá a ser habitable.

El zumbido mecánico

Hace poco recordé que parte de infancia estuvo marcada por el sonido de los helicópteros, siempre me llamaron la atención por ser vehículos de un tamaño mediano pero que hacían un sonido prceptible a muchos kilometros de distancia, era normal detener casi cualquier actividad para elevar la mirada y buscar en el cielo ese pequeño punto que iba creciendo para distinguir un zumbido mecánico que luego imitabamos.

También había una serie de televisión de un helicóptero militar secreto llamada "Lobo del Aire" siempre quise verlo volar sobre mi cabeza, lo más cercano a eso fue una versión del mismo en juguete que me dieron de navidad cuando tenía 7 años

Claustrofilia

Hace poco tuve un incidente de esos que modifican las rutinas normales y generó un cambio en la manera en que hago ciertas cosas, parte de las personas que me rodean me recomendaron cambiar ciertos hábitos, especialmente el que se refiere a mi poca disposición para realizar actividades al aire libre.

Quizá sea por mi carácter pero realmente trato de permanecer lo estrictamente necesario afuera, no es que deteste la gente o los espacios abiertos, simplemente me gusta más estar encerrado y ese es el problema, porque entonces las personas con las que convivo pensarán que algo está mal en mi cuando es todo lo contrario, cuando salgo es porque algo falla.